Más conciertos en fin de semana (que la gente trabaja)

No quería dejar pasar el verano, tiempo de calor y música en directo, sin comentar lo que ocurre en Barcelona con los conciertos. Barcelona es una capital mundial de la cultura, que atrae a millones de turistas de todo el planeta. La ciudad ofrece múltiples posibilidades para empaparse de arte, pero en lo que refiere a actuaciones en vivo, todos, o prácticamente todos, se celebran entresemana, lo que perjudica y mucho a la imagen de la ciudad.

No hace mucho que vivo en Cataluña (ocho meses), pero desde que puse el pie en Barcelona, he visto anunciados los shows de Roger Waters (martes y miércoles), Janet Jackson (jueves), Shakira (domingo), Kylie Minogue (sábado), Juanes (lunes), Pete Doherty (lunes), Plácido Domingo (miércoles), Moby (martes), David Bisbal (lunes), Ricky Martin (miércoles), Vetusta Morla (martes), Calle 13 (viernes), Patti Smith (lunes), Luz Casal (jueves), Julio Iglesias (jueves), Miguel Bosé (lunes) y Bon Jovi (miércoles). Sólo he nombrado a los artistas con mayor convocatoria, sin contar mis gustos personales (Bisbal, ¡por Dios!), y véase que sólo Kylie Minogue actuó en víspera de festivo, y los raperos Calle 13 en viernes. Este último caso tiene una explicación: el grueso del público de los puertorriqueños aún va al instituto, por lo que un concierto entresemana sería un suicidio. Para el caso de la australiana no la tengo. Simplemente pasó. La última: esta semana actuaron aquí dos clásicos del heavy metal, Judas Priest y Motörhead. Fue el martes y en Badalona, muy a las afueras de la ciudad y con un solo autobús nocturno para desplazarse después del concierto que, como es lógico, terminó a las tantas.

Y, para dar más consistencia a mis quejas (que igual que hablan por sí solas, en saco roto caerán), pongo fechas a los carteles estrella de lo que queda de 2011: Luis Eduardo Aute (8 de septiembre, jueves), Maná (20 de septiembre, martes), George Michael (27 de septiembre, martes), Wilco (2 de noviembre, miércoles), Machine Head (15 de noviembre, martes) Roxette (sábado, 19 de noviembre), Rihanna (14 de diciembre, miércoles), Red Hot Chili Peppers (15 de diciembre, jueves), Amaral (29 de diciembre, jueves).

Puede que la brillante idea sea para alargar los días de ocio en la Ciudad Condal. Las salas donde se celebran muchos conciertos están llenas en fin de semana, por lo que siempre es mejor para ellas añadir un día que sustituirlo. No sé cuánto dinero pueden dejar de ganar por hacer un concierto en viernes o sábado, pero así se hace en el resto del mundo (Madrid o Donosti, sin ir más lejos), así se ha hecho siempre y nunca ha pasado nada. De hecho es mejor. No creo que beneficie en absoluto a la ciudad y a Cataluña, que si bien gana puntos trayendo shows como los de todos los citados, los pierde en un chasquido cuando el iluminado de turno selecciona estas fechas. Una ciudad que presume de cultura debería cuidar estos aspectos.